Los inicios siempre son duros. Fundar una empresa, pulir un producto y encontrar las mejores formas de venderlo puede ser más duro que escalar una montaña, especialmente cuando este camino se recorre con la presión que supone alcanzar cuanto antes la viabilidad económica. Las empresas innovadoras, que emergen de cero en el mercado, deben pelear doblemente: pasar de ser una empresa desconocida con una actividad que se ignora es un obstáculo, pero puede superarse. Aquí van algunos principios de comunicación para start-ups.
La comunicación para start-ups, aunque por supuesto puede seguir patrones tradicionales, no suele hacerlo. Las start-ups se conocen como tal, precisamente, por ser empresas que cubren espectros novedosos y de alta demanda, con productos que se desarrollan basándose en la innovación y con ciclos de vida más cortos y frenéticos. Y su comunicación debe reflejar esa realidad.
Cinco consejos de comunicación para start-ups
Llevada a la práctica, la comunicación para start-ups juegan con la desventaja de partir de cero. Pero, con sus bazas bien jugadas, es factible crear una estrategia potente que permita a una empresa pasar de desconocida a referente en marketing.
Defínete a ti mismo
El primer paso para iniciar una buena estrategia de comunicación para start-ups es saber mirarse a un espejo. Es frecuente que una empresa emergente crezca a una velocidad complicada de asimilar, pero siempre debe hacerlo desde un briefing claro: conocerse a sí misma, tener claro su abanico de valores, sus características diferenciales y sus ventajas competitivas. La única manera de sacar provecho es tenerlo bien claro desde el primer momento.
Innova, prueba, equivócate
La comunicación para start-ups es un prueba y error constante. Lo que comuniquemos debe ser un reflejo de lo que somos, por lo que las imposturas aquí no sirven: intentar dar una imagen excesivamente formal o seria puede jugar en nuestra contra si es un cheque que luego no podremos pagar. Para dar con la tecla, la única forma es equivocarse. Lanzar acciones, ideas o campañas naturales, espontáneas pero no por ello no planificadas ni bien pensadas. Innovar, probar y equivocarse las veces necesarias hasta acertar.
Ten referentes pero no les copies
Cuando una empresa empieza a recorrer su camino, es normal observar el ecosistema que la rodea. Ver qué hacen los demás es natural y necesario. Pero observar no debe llevar a la copia. El principal valor de una start-up es la sorpresa que supone descubrirla, lo diferente que es del resto, y la estrategia de comunicación y marketing no debe poner piedras en ese camino. La inspiración es necesaria, pero siempre que parta de una idea para luego adaptarla a necesidades, público y realidades propias.
Apóyate en los medios de comunicación
No basta con ser novedoso, sorprendente y atrevido. A veces, sin los recursos necesarios, la comunicación de una empresa se resume en dar gritos en una habitación cerrada. El factor que ayudará a dar un altavoz a ese mensaje no es otro que los medios de comunicación. Una vía directa para alcanzar un público más grande, darnos a conocer y que nuestra marca y productos empiecen a sonar más allá de los círculos más cercanos.
Mide tus resultados
Una de las grandes ventajas de tener pocos clientes al empezar es que es fácil conocerles, ver sus necesidades y qué productos o servicios se adaptan más a ellas. Conocer al cliente es básico para poder evaluar los resultados de cada cosa que hacemos y saber qué funciona, qué no y dónde se encuentra el potencial de crecimiento.